Al ver que Han Sen aún lograba ponerse de pie, los pechos de muchas personas se sentían cargados de emociones hundidas. Cuando el Hijo de la Luz de Dios volvió a mirar a Han Sen, ya no hubo desdén en su expresión. En cambio, miró a Han Sen con respeto. Consideró que este Dólar al cual que se enfrentaba era un verdadero oponente.
—Ahora, te trataré como a un verdadero enemigo. Puedes renunciar ahora, si lo deseas. Si eliges no hacerlo, entiende que no te dejaré vivir —ofreció el Hijo de la Luz de Dios, sin dejar de mirar a Han Sen.
Han Sen no respondió, solo levantó el puño para intentar golpearlo de nuevo.
El cuerpo del Hijo de la Luz de Dios finalmente se movió. Todo su cuerpo se convirtió en luz, y se teletransportó frente a Han Sen. Varios rayos de luz fueron lanzados, y se unieron para golpear a Han Sen.
