El elefante de hueso seguía sentado debajo del árbol sin moverse. Un rato después, Han Sen escuchó un ruido proveniente de las profundidades del bosque de duraznos, un sonido que parecía estar llegando hacia él.
No pasó mucho tiempo antes de que apareciera. Era una pequeña serpiente rosada, deslizándose hacia el gigantesco duraznero. En silencio, descansaba contra su base.
Un tigre azul apareció de otra dirección y también se sentó cerca del árbol.
Se podían escuchar alas batiendo en el cielo, y al mirar hacia arriba, vio que una grulla de corona roja descendía hasta el suelo cerca del árbol, para unirse a las otras criaturas.
Y poco después, llegó un oso negro, que llevaba un cachorro. También se sentó cerca del fondo del árbol.
