—Hermano Han, ya te lo he dicho todo. ¡Cúrame rápido! —Chen Ran rogó.
—Viejo Chen, realmente me gustaría sanarte y liberarte. Pero además de no decirme la verdad, estás tratando de matarme —dijo Han Sen, suspirando y mirando a Chen Ran.
La cara de Chen Ran cambió y dijo: —Hermano Han, ¿por qué dirías algo así? Te estoy diciendo la verdad; no hay mentira. Y estando en una posición así, ¿cómo podría intentar matarte?
—Después de la entrada, debo subir nueve niveles, no bajar —dijo fríamente Han Sen.
La cara de Chen Ran cambió, pero aun así insistió en que había dicho la verdad. —¿Cómo es eso? Siempre he aprendido bajando nueve niveles, desde que era un niño.
—Después de la puerta de jade, debo ir a la izquierda y luego dirigirme hacia arriba. La balada de la defensa debe ser tres, no nueve. ¿Debo continuar? —dijo Han Sen, entrecerrando los ojos mientras miraba a Chen Ran.