—¡Mira, zorro gris! Soy tan pobre. Ya es lo suficientemente difícil cuidarme a mí mismo. No tengo suficiente comida, no puedo mantenerme caliente, y ahora tengo que cuidarte a ti, ¿a pesar del hecho de que comes tanto? No es que me molesta el hecho de que comas, no me malentiendas, pero quieres que todos tengan su parte también, ¿no? ¿Qué tal si nos ayudas a atrapar unos cuantos peces? Si haces eso, podemos ayudarte cocinándolo. Sería bueno que pongas de tu parte, así que, ¿qué te parece? ¿Suena bien? —dijo Han Sen, sonriendo en su intento de discutir con el zorro plata.
Cero le dio a Han Sen una mirada de desprecio. La forma en la que ella lo miró era como si acabara de presenciar a Han Sen intentar secuestrar a una niña pequeña.
El zorro de plata inclinó su cabeza, mirando a Han Sen confundido.