—Es una criatura de sangre sagrada —dijo Han Sen. No estaba alarmado, estaba extasiado. Había estado buscando a una criatura de sangre sagrada para entrenarse, después de todo. Ahora, con un venenoso rey de insectos marinos apareciendo justo delante de él, Han Sen lo consideraba la mejor cosa.
No permaneció inactivo, y nadó rápidamente hacia el venenoso rey de los insectos marinos. Sin embargo, notó que su cuerpo extrañamente parecía estar encogiéndose. Un nuevo líquido oscuro fue emitido por sus grandes picos. Esta sustancia hizo que el agua entera brillara en una bruma púrpura brillante.
Cuando la armadura dorada de Han Sen tocó el agua púrpura, fue como si se hubiera hundido en una cuba de ácido poderoso. La espuma blanca envolvió la armadura y las burbujas se esparcieron con furia a su alrededor, como si estuvieran violentamente corroídas.