—Han Sen…—dijo Li Xinglun, algo nervioso. Conociendo a Blackgod, sabía sus verdaderas intenciones.
—No hay problema. Si alguien quiere darme las almas bestia gratis, las aceptaré felizmente. Así que está decidido —dijo Han Sen, interrumpiendo a Li Xinglun.
Han Sen sabía que Li Xinglun intentaba favorecerlo, y también entendía las intenciones de Blackgod, pero estas se alineaban perfectamente con las suyas. Tang Zhenliu y él habían entrenado por mucho tiempo y tenía completa confianza en su habilidad de neutralizar Cuchillo Tornado. Logró hacerlo bien gracias a su frustración de no poder deshacerse de Blackgod de una vez por todas. Pero ahora este se había presentado a sí mismo frente a Han Sen, y Sen estaba extremadamente feliz de que lo hubiera hecho.
También podría recuperar a su toro infernal. Han Sen no dejaría pasar esta oportunidad.
—¡Bien! Esa fue una decisión rápida, creo que comienzas a agradarme —dijo Blackgod, riendo fríamente.