—¿En verdad te atreves a enfrentarme? —dijo Annie, sorprendida. No creía que Han Sen sería lo suficientemente valiente como para enfrentarla. En términos de habilidades de pelea verdaderas, Han Sen sería bastante débil comparado con ella.
—Sí, pero sólo con manos —dijo Han Sen, sonriendo.
Han Sen explicó. Lo que intentaba hacer era jugar a manos calientes. Si ella pelease con él, Han Sen quizá ni siquiera pueda sobrevivir uno o tres golpes de Annie.
—De acuerdo —dijo Annie, aceptando sin dudar, luego de oír la explicación de Han Sen.
El hecho de que no había podido usar su fuerza en el desafío anterior la había hecho sentir bastante hosca. Aunque había muchas limitaciones al jugar a manos rojas, ella podía usar su propia velocidad y fuerza para castigar al menos ligeramente a Han Sen para vengarse.
Annie no creía que podría perder contra Han Sen si usaba su propia fuerza y velocidad. Eso nunca podría ocurrir.