Han Sen siguió preguntando, pero el herrero no contestaba ninguna de sus preguntas y colgó. No había nada que Han Sen pudiera hacer. Si el arma no podía convertirse en una espada, no tenía sentido para él comprarla.
A la hora acordada, Han Sen fue a encontrarse con Rainbowman y se quedó sin aliento:
—¿Eres tú?
Rainbowman tuvo la misma reacción y se quedó con los ojos abiertos. Rainbowman resultó ser Su Xiaoqiao.
—Maldición. ¿Eres Rainbowman? —inqruirió Han Sen mirando a Su Xiaoqiao de arriba abajo, preguntándose si estaba difundiendo noticias falsas por dinero. Su Xiaoqiao se rió entre dientes y explicó:
—Solo quería ganar algo de dinero. No esperaba encontrarme contigo.
—¿Así que estabas mintiendo acerca de la criatura de ave fénix? —preguntó Han Sen con decepción.
—Por supuesto que no. ¿Cuándo he mentido? De acuerdo. Tal vez sí. Pero puedo jurar por mi polla esta vez que he visto a esa criatura —declaró Su Xiaoqiao con entusiasmo.