Han Sen miró debajo del acantilado y se sorprendió. Jin Rijie, Jin Qiuli y Su Minghua también tuvieron la misma reacción. Habían seguido a la tortuga por dos días, la cual se había adentrado más y más profundo en la caverna. Sintieron que algo andaba mal, pues ya se encontraban en un acantilado.
Bajo del acantilado había una gran piscina de lava. La tortuga se sumergió en la lava como si fuera agua. El grupo no vio a la tortuga emerger de nuevo.
—¿Habrá muerto por el calor de la lava? —supuso Jin Rijie.
—Aunque las criaturas no suelen ser tan inteligentes como los humanos, nunca he visto ninguna que se suicide —comentó Jin Qiuli meneando la cabeza.