—Es eso…—dijo Han Sen, deleitado al mirar la extraña forma de las montañas. El único lugar que garantizaba obtener un alma bestia en Santuario de Dios, además de la Isla Misteriosa, era el nido de las criaturas.
La cantidad de criaturas en Santuario de Dios era casi ilimitada. En cualquier área, incluso si todas las criaturas fueran cazadas, nuevas criaturas aparecerían antes de que pasara mucho tiempo.
Los humanos hicieron investigaciones extensivas sobre esto y concluyeron que las criaturas no provenían de su propios mecanismos reproductivos, sino de un lugar al que llamaban "Nido".
Estos nidos usualmente estaban escondidos a cientos de metros bajo tierra. Cada cierto tiempo, un gran número de criaturas nacía en el nido.