En la oscuridad, Han Sen transformó su piel para camuflarse, y se dirigió al lago. Las criaturas de sangre sagrada estaban al otro lado del lago, pero aún así Han Sen tomaba una especial precaución en cada movimiento que hacía.
Han Sen entró lentamente al lago, sin que las criaturas se dieran cuenta de su presencia. Dejó escapar un suspiro de alivio Hace mucho tiempo que no era obligado por una criatura a lanzar un ataque furtivo. Esta vez, no tenía otra opción que esperar en el lago y atacar a las criaturas cuando éstas estaban en el agua.