Han Sen quería explorar el lago, pero la criatura de sangre sagrada no abandonaba el área, y no le daba ninguna posibilidad. Además, no quería correr el riesgo en caso de que hubiera algo peligroso allí dentro.
Debo acabar con la criatura de sangre sagrada antes de explorar el lago, pensó. Se había decidido a matar a la criatura de sangre sagrada. Ahora tenía un mejor dominio del Yin Yang Blast. Mientras más lo practicaba, más probable le sería vencer a esta criatura.
Muy pronto, Han Sen se dio cuenta que no sería tan fácil matar a la criatura y su unicornio. En repetidas peleas con el caballero, Han Sen causaba daños a la criatura, pero la misma siempre se recuperaba sumergiéndose en el lago. A menos que Han Sen pudiera matarlo de una vez, y para ello tendría solo una oportunidad.
Era casi imposible matar a ambas criaturas de una, porque cada vez que se lastimaba salía más fuerte y más rápida que antes. Han Sen no se atrevió a dar un paso más al frente.