—Papá, ¿qué has hecho? —dijo Situ Xiang luego de llevar a su padre al salón y cerrar la puerta. —¿Qué pasó con el entrenador Nazi? —preguntó.
—Este, ese chico es muy bueno en boxeo blanco y negro. Cada vez que me ganaba, podía darse cuenta de lo que hacía mal, así que…—explicó. Situ Qing se ruborizó porque se había olvidado completamente sobre su misión debido a su obsesión con el boxeo blanco y negro.
Situ Xiang no sabía qué decir.
—Papá, debes entrenarlo bien. Sabes la situación del Departamento de Arquería. Y estaremos contando con él en este torneo —insistió Situ Xiang, molesta.
—Relájate, le he enseñado todo. El chico tiene una buena base y le irá bien en el Torneo de Academias Militares —respondió Situ Qing.