—Cariño, ¿estás esperando a alguien?— preguntó Qu Li de repente.
—No — respondió Ji Yanran distraídamente.
—¿Entonces por qué sigues mirando a la puerta? — insisitó Qu Lili, desconcertada.
Ji Yanran de repente se sonrojó y miró para otro lado rápidamente. Inclinó la cabeza para comer y respondió: —No lo estoy haciendo.
—Cariño, estas un poco extraña hoy — Qu Lili la miró de arriba abajo.
—¡El genio está aquí! —susurró alguien. Qu Lili miró rápidamente hacia la puerta y vio a Han Sen y Zhang Yang entrando a la cafetería.
Qu Lili de repente miró a Ji Yanran con incredulidad.
—Lo estabas esperando, ¿verdad? ¿Cómo supiste que vendría aquí? Dime…
—Basta. No lo estaba esperando, y ¿cómo sabría que estaría aquí?— Ji Yanran cubrió su propio pánico tomando un sorbo de su jugo.
Cuando Qu Lili había pensado en más para preguntar, Han Sen y Zhang Yang habían llevado sus bandejas a la mesa de las niñas y preguntaban con una sonrisa: