Ahora esto será divertido. La banda de Hijo del Cielo puede que muera aquí. ¡Bien hecho, rey zorro!, pensó Han Sen deleitado. Estaba esperando a ver si Hijo del Cielo moría. Si no, el terminaría el trabajo.
Había querido matar a Hijo del Cielo desde hace un tiempo, pero nunca tuvo la oportunidad. Hijo del Cielo era muy fuerte y siempre era acompañado por su banda.
Finalmente había encontrado una buena oportunidad, y Han Sen no pretendía dejarla ir.
La banda de Hijo del Cielo pronto estuvo rodeada por estos bichos. No había forma de huir del mar de insectos.
— Salgan.
Hijo del Cielo apretó sus dientes y empezó a correr.
La banda pisó a los bichos y corrió. Los insectos eran más frágiles de lo que Han Sen había imaginado y ni siquiera podían soportar el peso, pero había tantos de esos insectos que muchos lograron trepar a la ropa de la banda.