—Ahora, ¿tienes algo que decirme?
Yang Manli se acercó a Han Sen quién estaba parado como una estatua.
Han Sen no había alcanzado aún un cierto nivel en Piel de Jade, así que su fatiga no fue disipada por completo. Habiendo estado parado por más de tres horas, estaba cubierto en sudor.
Incluso así, su postura era firme como siempre y sus manos que sostenían el arco ni siquiera temblaban.
Yang Manli por primera vez sintió que quizá Han Sen tenía algo de talento. Había estado parado así por más de tres horas y sus manos aún estaban firmes, lo cual era una gran cualidad para un arquero.
—Capitana, realmente no tengo nada que decir —dijo Han Sen.
—Bueno, ya que eres tan duro, podrías seguir ahí parado.
Yang Manli se fue sin mirar atrás. Estaba un poco enojada, pero también respetaba a Han Sen por lo que hizo. Esa era una tarea difícil para alguien de dieciséis años. Ella misma sólo podía durar dos horas con un arco 6.0 a su edad.