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Chapter 29 - Capítulo 29 – Ave de Tormenta

—Sen, ¡estás en gran forma! Debes haber obtenido el máximo de genopuntos mutantes.

Lin Beifeng dejó de trepar a medida que sintió que sus brazos le empezaron a doler demasiado, mientras Han Sen seguía trepando rápidamente.

—Aguanta. Hay una roca sobresaliente ahí arriba, y podemos ir ahí y descansar— repuso Han Sen, mirando hacia abajo en dirección a Lin Beifeng.

—Sen, no puedo. ¿Deberíamos bajar de nuevo?

—Tú quédate aquí. Iré arriba primero y luego te estiraré con la liana.

 Han Sen empezó a trepar con sus cuatro miembros, y era tan rápido que se veía como si estaba caminando en el piso, lo cual asombró a Li Beifeng.

Tomó un momento para que Han Sen alcanzara la roca y usara la viña para levantar a Li Beifeng. La roca era del tamaño de una mesa. Los dos se subieron a la roca y miraron alrededor. El acantilado era tan inclinado que no habría forma de trepar si no fuera por las viñas, las cuales cubrían solo parte del acantilado.

—Sen, quedémonos aquí por dos días y quizá las bestias momo nos dejarán si no nos ven. El acantilado es tan empinado y yo no tengo el mismo estado físico que tú. Realmente no puedo subir —dijo Lin Beifeng ansiosamente.

—Bueno, tú solo descansa aquí, yo iré a ver si hay una salida. Si la hay, volveré por ti. Si no, entonces podríamos esperar que las bestias momo se vayan. — dijo Han Sen y se levantó para trepar.

—Sen, ¿no me abandonarás?

Lin Beifeng se tomó de las ropas de Han Sen como una niña pequeña.

—No te preocupes. ¿Cómo puedo abandonarte cuando me debes tanto dinero?

Han Sen le dio una palmada en la espalda a Lin Beifeng y se fue trepando.

Como había practicado Caza de Fantasma, Han Sen era particularmente bueno trepando. Y como era mucho más fuerte ahora, no le era muy difícil tampoco.

Han Sen trepó por unos cuantos centenares de pies y aún no veía nada además del acantilado. Las lianas continuaban creciendo hacia arriba y él se preguntaba dónde estarían sus raíces.

Han Sen se sintió un poco cansado y estaba pensando en bajar. Pero con otro vistazo, le pareció que había una roca sobresaliendo sobre él.

—Treparé a la roca de arriba y echaré un vistazo. Si no hay salida, bajaré a comer y a beber. Quizá podamos correr de las bestias momo —decidió Han Sen, y siguió trepando.

La piedra estaba más lejos y era más grande de lo que Han Sen se imaginaba. Era del tamaño de la mitad de una cancha de básquetbol. Cuando llegó a la piedra, los ojos de Han Sen se agrandaron súbitamente.

En la piedra había un nido hecho con ramas de árboles y lianas. Se veía como un nido de golondrinas gigante, casi ocupando la mitad de la roca. Un huevo de casi un metro de alto yacía en el nido.

—¡Vaya, que huevo tan grande! ¿Qué tan grande será la criatura que lo puso?

Han Sen se estremeció. La criatura no estaba aquí ahora, pero no se atrevía a pensar en lo que sucedería si regresaba. Que fuera grande no necesariamente significaba que fuera avanzada. Las bestias momo eran gigantes pero apenas eran criaturas primitivas.

Sin embargo, la habilidad de hacer un nido y poner un huevo en el acantilado probaba que la criatura no era promedio. Bien podía ser una criatura de sangre sagrada.

Si el huevo pertenecía a una criatura de sangre sagrada, Han Sen no querría perdérselo.

Luego de titubear un poco, Han Sen se acercó al huevo y cortó un hoyo en la cascara del huevo con la punta de su daga. Sacando un sorbete de su bolsillo, lo metió en el hoyo y empezó a succionar.

De repente el dulce jugo llenó la boca de Han Sen.

—Criatura de sangre sagrada Ave de Tormenta consumida. Ningún genopunto sagrado ganado.

Aunque no ganó ningún genopunto sagrado, el hecho que el huevo en verdad era una criatura de sangre sagrada dejó a Han Sen eufórico.

Era un huevo tan grande, que con apenas diez genopuntos sagrados, que no había ganado ningún genopunto con un bocado entero. Y ya tenía algunos genopuntos sagrados y no podía tener los diez, así que solo podía conseguir seis o siete si tenía suerte.

Pero los genopuntos sagrados eran tan difíciles de conseguir que incluso unos cuantos más servirían.

Han Sen estaba succionando el líquido desesperadamente con el sorbete que usaba para beber de su bolsa de agua cuando se escondía de las criaturas que no tuvo que moverse. Era inesperadamente útil para succionar el contenido del huevo.

El huevo era tan grande que cuando Han Sen finalmente escuchó la notificación de que estaba ganando un genopunto sagrado, estaba tan lleno que no podía beber más. Han Sen retiró el sorbete, y luego tapó el agujero con lodo. Guardando el sorbete, descendió utilizando la viña.

—Sen, ¿qué te tomó tanto tiempo? ¿Hay alguna salida?

Viendo a Han Sen venir de arriba, Lin Beifeng, que estaba terriblemente preocupado, preguntó inmediatamente en voz baja para no alertar a las bestias momo de abajo.

—No, es tan empinado como un espejo, y no tenemos a donde ir.

 Han Sen agitó la cabeza, negando.

—Entonces no tenemos más opción que esperar que la manada se marche —dijo Lin Beifeng decepcionado.

—Esta bien. Aún tenemos un poco de comida y bebida. — Han Sen realmente se estaba tomando su tiempo ahora, ya que no había podido terminar de tomar el huevo crudo, y no se iría antes de eso.

Se acomodaron en la roca para pasar la noche, y la mañana siguiente Han Sen trepó para comer más huevo. Se aseguró de que no hubiera criatura en el nido antes de ir y romper la selladura para beber del huevo.

—Sen, ¿por qué estas trepando de nuevo? — Lin Beifeng se preguntó cuando Han Sen volvió.

—Hay criaturas de sangre sagrada arriba, y me estaba dando un festín ahí arriba. ¿Quieres ir conmigo? —dijo riendo Han Sen..

—Puedes quedártela. —Lin Beifeng lo miró y no creyó una palabra de lo que dijo. Incluso si realmente eran criaturas de sangre sagrada, era más probable que Han Sen se convirtiera en su comida.