Antes de las 7 de la mañana del día siguiente, Lin Huang llamó a la puerta de Huang Tufu que estaba al lado de su habitación.
Huang Tufu abrió la puerta con sus pantalones cortos, apareciendo como si acabara de despertarse.
En realidad, no dormir durante todo un año no sería un problema para él, ya que había llegado a ese nivel. Sin embargo, él bebió con Lin Huang anoche y se había quedado dormido con la ayuda del alcohol en su cuerpo.
—Ve a ducharte ahora. Vamos a desayunar —frunció el entrecejo ligeramente al oler el olor del alcohol emanando del cuerpo de Huang Tufu.
—¿Tan temprano? —bostezó. El aroma de los panqueques y la barbacoa se extendió hacia Lin Huang.
Lin Huang se sintió un poco sofocado en ese momento. Él nunca esperaba conseguir eso ya que se las arregló para esquivarlo ayer.
Agregó después de apagar su sistema respiratorio.
—Recuerda cepillarte los dientes.