—Em, no, no pienses mucho en eso, Frijolito —dijo Su Yu.
—Mentiroso... Por supuesto que es por eso que estás triste, no te avergüences... te entiendo —Frijolito consolaba a Su Yu y le daba palmaditas en el hombro como si fuera una pequeña adulta.
Su Yu se había quedado sin palabras.
—Apuesto Su...
—¿Ajá?
—¿Quién es más bonita, Pudin o yo?
Su Yu no tenía palabras. Cada vez que oía esa pregunta le daba dolor de cabeza, las gemelas lo habían preguntado más de cien veces desde que habían aprendido a hablar. ¿En serio tenía que contestarle?
—¿Qué? ¿Es muy difícil de contestas? —demandó Frijolito.
—No, Frijolito, em, ambas son bonitas. Son gemelas, lucen igual.
—No, no es así... ¿No piensas que mi temperamento es un poco mejor que el de Pudin?
Su Yu estalló de risa, ¡Frijolito era adorable! ¿Sabía incluso lo que significaba la palabra "temperamento"?
—¿Te ríes de mí? —dijo furiosa Frijolito.