—Te ves sorprendida —dijo Huo Siqian, sonriendo.
Vestido con una camisa blanca y unos pantalones negros, lucía elegante y sofisticado.
Sin embargo, por alguna razón inexplicable, esta persona no era del agrado de Huo Mian. Era un sentimiento aún más fuerte que el que sentía hacia Huo Yanyan y Huo Siyi.
En cuanto a cuál era su parentesco, era todo un lío…
Cuando la madre de Huo Mian, Yang Meirong, era joven, fue una actriz de bajo presupuesto poco conocida que se especializaba en dramas del periodo histórico. A pesar de no ser precisamente despampanante, era lo suficientemente bonita y, llevada por la arrogancia de la juventud, tomo algunas malas decisiones.
En algún momento se convirtió en una de las amantes de Huo Zhenghai, el heredero de la ilustre familia Huo. Creyó que una vez que cargue con un hijo de él, ella podría reemplazar a su esposa. Con lo que no había contado era que tanto ella como su hija serían echadas a la calle.
La familia Huo tampoco reconoció a su hija ilegítima, Huo Mian.
Huo Siqian era el heredero actual de la familia Huo. Como hijo adoptivo de la esposa de Huo Zhenghai, la señora Huo, quien también es conocida como la tigresa, tenía su apoyo total. De esa manera, a pesar que no era hijo biológico de Huo Zhenghai, disfrutaba de un alto estatus entre la familia.
Por otro lado, sus hermanos, Huo Yanyan y Huo Siyi, eran los hijos de la amante favorita de Huo Zhenghai: Shen Jiani. Eran consentidos por su padre.
En el pasado, Shen Jiani había disfrutado de una fama momentánea como celebridad. Logró sobresalir entre las demás amantes al tomar ventaja su intelecto y de diversos medios.
Actualmente, la familia Huo solo reconocía públicamente a estos tres sucesores. En cuanto a Huo Mian, nadie sabía de ella a parte de los miembros de la familia Huo.
Huo Siqian había contactado a Huo Mian unas cuantas veces por cuenta propia. Intentó darle dinero, pero ella nunca lo aceptó.
Hasta donde a ella le concernía, aparte de su apellido, no tenía ninguna otra conexión con la familia Huo.
De todas formas nunca vio al hombre como su padre.
Prefería darle más de su amor a su padrastro, el Tío Jing.
—¿Porque debería sorprenderme? Es bastante normal que alguien como el Joven Amo Huo se encuentre en un lugar como este —dijo Huo Mian, y le sonrió secamente—. Más bien ¿no debería sorprenderse usted al vernos a nosotros los comunes aquí?
—Huo Mian, al parecer tienes algo en mi contra. ¿A qué se debe? Según recuerdo siempre he sido bastante amable contigo. Además... —dijo Huo Siqian con una copa en la mano.
Se acercó a Huo Mian y continuó: —Si nos basamos en nuestras posiciones en la familia, realmente deberías llamarme 'Hermano Mayor'.
Zhu Lingling se sentó al lado de Huo Mian, escuchando en silencio. En realidad no era su lugar para decir nada.
—El Joven Amo Huo debe estar bromeando. Usted es el heredero de la gran familia Huo y yo soy solo una persona común. ¿Con que lógica deberíamos referirnos el uno al otro como hermanos? En cuanto a que tengo algo en su contra, bueno, está en lo correcto. ¿Lo sabía? Existen personas en este mundo que uno realmente detesta desde el momento en que las miras. Bueno, tan solo sucede que es así como me siento con usted.
Cuando Huo Mian terminó de hablar, dio la espalda a Huo Siqian, sin volver a prestarle atención. Chocó su copa con la de Zhu Lingling.
Sin intención de rendirse, él siguió intentando hablarle a Huo Mian.
—Papá no se ha estado sintiendo muy bien últimamente. Si tienes tiempo, deberías ir a verlo.
—Hágame saber cuándo deje este mundo para siempre. Por haber donado unos cuantos nadadores para mi creación hace veinticuatro años, estaría dispuesta a encender incienso junto a su tumba.
El comentario de Huo Mian dejó a Huo Siqian sin palabras.
Su rostro se oscureció. Sin intenciones de invitar a más abusos hacia su persona, se dio la vuelta y se alejó.
Luego de que Huo Siqian se haya ido, Zhu Lingling gritó con su mano sobre la boca.
—¡Mi Dios! Amiga, ¡eso fue increíble! ¡Esa es la Huo Mian que conozco! No mostraste piedad, ¡ni siquiera con tu hermano!
—¿Cuál hermano? Nunca lo reconocí como uno —dijo Huo Mian. Sintiéndose un poco desanimada, bebió otro sorbo de su bebida.