Tan pronto como el Padre Han sacó el tema, los medios de comunicación comenzaron a hacer preguntas: —Presidente Han, mientras decía eso, ¿no ha considerado que usted y su secretaria también fueron sorprendidos teniendo una aventura?
—¡La evidencia era falsa! ¡Alguien la creó! Todos saben que soy un hombre de familia. No puedo creer que después de 20 años, esa mujer creara pruebas para calumniarme. ¡Juro que no he hecho nada, no tengo nada que ocultar! Mi secretaria y yo nos reunimos después de que nuestro divorcio se terminó. Mis dos hijos son testigos de eso.
El Padre Han estaba seguro, pero emitió una vibración molesta y autoritaria. Eso hizo difícil que los reporteros preguntaran más. Todo lo que podían hacer era poner los ojos en blanco; la familia Han obviamente no estaba allí para explicar nada. En su lugar, estaban diciendo a la fuerza a todos que eran inocentes y que cualquiera que se les opusiera era basura.