¡Aún pretendía que hubiera una próxima vez!
Luego de regresar a casa, Tangning corrió derecha hasta Mo TIng y lo abrazó sin molestarse siquiera en sacarse los zapatos.
—¿Sabes lo encantador que estuviste hoy?
—¿Intentas decir que no suelo ser encantador?—reprochó. Mo Ting llevó a Tangning en sus brazos y primero comprobó que los tres niños estaban durmiendo.
La dietista y las dos madres de la pareja ayudaron con los niños regularmente. Así que, cuando Tangning no estaba cerca y Mo Ting estaba ocupado también, confirmaban que los niños estaban dormidos antes de irse.
Afortunadamente, los tres hermanos estaban durmiendo profundamente. Así que el presidente Mo llevó a Tangning directamente al dormitorio y al baño, donde la colocó encima del tocador.
—Déjame ver tu pie.