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Hasta la antigua agencia de SMY percibió que Luo Sheng era un estúpido por no aprovechar la oportunidad de unirse a una nueva agencia.
—Con esa cara que tiene, si fuera listo, ya sería famoso en toda la nación y no estaría en casa vendiendo verduras para su padre.
—Es una suerte que no sea famoso. De lo contrario, nuestro actual desastre sería aún más difícil de arreglar. Ya he tenido cuidado, ¿cómo empezaron estos escándalos? —inquirió la representante de SMY al jefe de la agencia.
—Siendo alguien que se sienta en el nivel más bajo de la industria del entretenimiento, ¿aún piensas que puedes tener secretos?
Todos se sentían afortunados de que Luo Sheng estuviera en casa trabajando duro como un plebeyo sin involucrarse en el asunto actual. Después de todo, si un artista no tenía antecedentes y no estaba dispuesto a tomar parte en transacciones dudosas, entonces merecía estar atrapado en un callejón sin salida.
