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—Tú… lo único que sabes hacer es maltratar a los más débiles. ¿Por qué no traes a Chen Xingyan para que luche sus propias batallas? ¡Te ha llamado para que la ayudes simplemente porque no puede vencerme!
—¿Cuánto mejor que ella crees que eres? Si quieres insultarme, deberías decírmelo a la cara. No eres mejor por hablar a mis espaldas —contraatacó Tangning.
—Hay mucha gente que habla de ti. ¿Por qué no interrogas a cada uno de ellos?
Después de escuchar esto, Tangning decidió que pondría fin a las cosas. Después de todo, ella había venido hasta aquí y Bai Linlin estaba presente. Entonces, le dijo a Lu Che—: Abre la puerta.
—Hay mucha gente tratando de escuchar a hurtadillas afuera —advirtió Lu Che.
—Pues que miren bien —contestó Tangning con indiferencia.
