Poco después, Mo Ting regresó a la habitación con comida que preparó. Tangning levantó la cabeza y le dijo:
—Quiero ir a visitar a Bei Chendong...
—No es necesario —Mo Ting se sentó en el borde de la cama de Tangning y la ayudó a incorporarse. Luego le dio de comer con cuidado la comida.
Al ver la mirada inquisidora en su rostro, explicó:
—Xiner está cuidando de él.
—Además... le he dado a Xiner como compensación. No necesitas sentirte culpable.
—Estas diciendo...
—Sí, a él le gusta Xiner. Aunque no sé cómo llegó a saber sobre ella..., no es el tipo de persona que actúa de manera impulsiva. Por lo general, no se molesta en tratar con las personas, ni siquiera puede pretender que le agradan —explicó Mo Ting gentilmente. Luego miró a Tangning con seriedad—. Bei Chendong es en realidad mi primo. Es mayor que yo por unos días...