Después de terminar de hablar sobre la colaboración, Coque quería invitar a la pareja a cenar, pero Mo Ting lo rechazó educadamente.
La pareja dejó la mansión y se despidieron de Coque. Mo Ting condujo a Tangning de vuelta al hotel. En el camino, Mo Ting no pudo hacer otra cosa que preguntar:
—¿Cómo fue tu interacción con la niña?
—Fue un poco abrumadora —repuso Tangning luego de pensarlo con cuidado—. Kathy es muy traviesa.
—Muy bien, tomaré nota de ello —respondió de repente.
—¿Eh?
—En el futuro, nuestro hijo no puede ser travieso —insistióél con un tono serio.
Tangning dejó escapar una risa gentil y contempló a Mo Ting:
—¿Crees que tienes la opción de elegir como saldrá nuestro hijo?
—Puedo enseñarle…
Al oír esto, Tangning se empezó a imaginar a Mo Ting como padre: sentado en el sofá mientras el pequeño se arrodillaba frente a él admitiendo su error. Solo imaginarlo era demasiado hermoso.