—Entonces, seguiré siendo tu cuarto y quinto hombre —repuso Mo Ting, acariciando el cabello de Tangning y le dio un beso en la frente—. No tienes que preocuparte, solo mantente en las mejores condiciones. Concéntrate en tu reunión con Claude N. y haz tu mejor esfuerzo para conseguir el trato.
—Siempre tienes tanta fe en mí. Por cierto, ¿tu tío ha visto las fotos? ¿Va a generar una opinión sobre mí? —se preocupó. Tangning era consciente de como la veía la familia de Mo Ting.
—El tío solo me culpará por no cuidarte mejor.
Tangning se abrazó a Mo Ting; él era alguien quien ella podía contar en su vida. Él era su esposo; la persona en quien más confiaba, admiraba y atesoraba.
—No te preocupes. Contigo acompañándome en mis batallas, me volveré más fuerte —respondió Tangning con confianza.