En el pacífico hospital privado, Lan Xi se despertó con el fuerte olor del desinfectante. Después de abrir los ojos, miró fijamente al techo.
Luo Hao la custodiaba junto a su cama. Al verla despertarse, preguntó rápidamente: —¿Estás mejor? ¿Aún te sientes mareada?
—¿Cómo está Cheng Tian? —preguntó con una voz ronca.
Luo Hao caviló por un momento antes de responderle honestamente:
—Ha sido severamente afectado. Incluso la policía ha sido alertada, pero ya le he dicho al equipo legal que coopere con ellos. En cuanto al asesinato y el secuestro, la policía no puede encontrar ninguna evidencia, por lo que no debería ser un problema. Sin embargo, muchas de nuestros trabajos han sido cancelados, incluyendo anuncios y promociones. Aparte de Tangning, incluso Hua Yuan ha recibido una recepción fría.