Tangning no dijo una palabra. Para ser exactos, no había nada que pudiera decir.
—Ahora eres una agente y actriz muy buscada. Ya sea por tu popularidad o por tu actuación, nadie puede compararse contigo...
—Long Jie, ya basta —zanjó Tangning, frotándose la barriga mientras su mirada se ensombrecía.
—Está bien —suspiró Long Jie con impotencia.
Tangning estaba actualmente embarazada, así que no podía tener demasiada ambición ni ideas. Por ahora, la de madre era su principal identidad.
Mo Ting había dejado de lado su trabajo por el bien de Tangning. Así que, por el bien de su hija, Tangning tenía que cuidar bien de su cuerpo. No había nada más que pensar...
En cuanto a Cate, era mejor si no terminaban trabajando con ella. No obstante, aunque lo hicieran, Tangning nunca permitiría que las preocupaciones de Long Jie se hicieran realidad.
Pero, por supuesto, no tenía ni idea de que su batalla con Cate acababa de empezar.
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