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Los resultados no golpearon a Tangning en la cara porque el Anciano Mo los había bloqueado.
—Wenfeng, si tienes algo que decir, dilo. No lleves las cosas más lejos.
—Padre...estás diciendo esto porque no sabes cómo se ha pasado de la raya esta artista barata —se quejó Hua Wenfeng mientras se arrodillaba lamentablemente al lado de la pierna del Anciano Mo.
—¿A quién llamas artista barata? —inquirió el Anciano Mo con frialdad mientras levantaba una ceja.
—Padre, esta mujer dijo que no soy la madre de Mo Ting. Estaba tan enfadada que tuve que ir a hacerme una prueba de ADN. ¡No podía tolerar que me trataran así!
Después de hablar, Hua Wenfeng se levantó y señaló a Tangning. Luego dijo en tono feroz:
—Mientras todos están aquí hoy, es hora de que pongamos fin a todo esto. Tangning, cuando me intimidaste y me calumniaste en el pasado, no me importó. Pero cuando dijiste que no era la madre de Mo Ting..., eso realmente me rompió el corazón.
