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—Xingyan...ya lo has rechazado antes. ¿No te parece mal querer aceptarlo otra vez? —musitó Annie, actuando con impotencia frente a An Zihao. Incluso tartamudeó mientras hablaba.
Cuando alguien se hacía la víctima, especialmente cuando se trataba de una mujer hermosa, la mayoría de los hombres no podían lidiar con la mirada lastimosa en sus ojos y se daban por vencidos. Sin embargo, si se trataba de hombres como An Zihao y Mo Ting, sabían por dentro lo odiosas que eran realmente estas mujeres.
En especial, teniendo en cuenta que Annie pensaba que Chen Xingyan la toleraría por proteger su propio orgullo.
No obstante, a Chen Xingyan nunca le importó el orgullo; era temeraria y salvaje. Si quería hacer algo, simplemente lo hacía. Apenas consideraba su orgullo cuando hacía algo. Con la ventaja adicional de presenciar el acto de Annie, Chen Xingyan se mostró más que satisfecha con el resultado. El consejo de Tangning había sido muy efectivo.