Tangning accedió a encontrarse en persona con Xu Qingyan, como gesto de cortesía hacia su socia de negocios e impulsada por la buena impresión que le había causado la joven.
Sabiendo que la identidad de Tangning le hacía inconveniente desplazarse, Xu Qingyan se ofreció a encontrarse con Tangning en su casa. Después de todo, la Casa Xu no era un lugar que Tangning pudiera visitar. Si la señora estuviera en casa y viera a Tangning, se volvería loca.
Después de pensarlo cuidadosamente, Tangning no sintió que debía tener cuidado con Xu Qingyan. Además, ella no quería que su embarazo se revelara todavía, así que quedarse en casa era la mejor opción. Como resultado, aceptó la sugerencia de Xu Qingyan.
—Ting... ¿por qué crees que Xu Qingyan quiere verme? —dudó Tangning, expresando su confusión después de colgar el teléfono.