Mo Ting extendió su mano y acarició el cabello negro de tinta de Tangning:
—Tenlo por seguro.
En realidad, lo que Tangning admiraba más de Mo Ting era su habilidad para trazar una línea fina entre el amor y el odio. Cuando alguien tenía razón, tenía razón; cuando alguien estaba equivocado, estaba equivocado. Era firme en sus decisiones y nunca andaba por las ramas, siempre había sido claro.
Por eso ella se adaptaba a la industria del entretenimiento. Estaba preparada para la vida de acompañar a Mo Ting en esta industria inestable. Y todo lo que él quería hacer era presentarla con gloria.
Después de regresar al hotel, Tangning se sentó al lado de Mo Ting: ella lo acompañaba mientras él leía sus documentos. Mo Ting volvió la cabeza para mirar los ojos entrecerrados de Tangning y se echó a reír.
—Mañana tienes una entrevista con Claude N... Date prisa y descansa un poco.
—Quiero abrazarte para dormir —respondió Tangning con voz ronca.