Tan pronto como todos escucharon las noticias, sus expresiones se llenaron de alegría. Algunos artistas incluso comenzaron a aplaudir y silbar.
Aunque trabajaban en la misma oficina, Mo Ting tenía su propio ascensor privado, por lo que los artistas apenas tenían la oportunidad de verlo, y mucho menos asistir a reuniones privadas con él. Mo Ting era como una leyenda en sus mentes, era más deslumbrante que cualquier cantante o estrella de cine.
Huo Jingjing estudió inconscientemente la expresión de la cara de Tangning. Se dio cuenta de que todos, incluido el carismático Feng Ge, se emocionaron al mencionar el nombre de Mo Ting. Sin embargo, aunque Tangning era famosa por ser tranquilo y silenciosa, su expresión impasible hacía que Huo Jingjing agachara la cabeza y sonriera.
—Parece que conoces bien al Presidente Mo.
—Supongo —admitió Tangning.