Comparado con el ambiente de un bar animado, ese era un estudio frío y solitario. Estaba tan oscuro que no había luz en la habitación. Un joven se acurrucó en posición fetal en una esquina mientras una tela de araña en forma de niebla cubría su cabello y su cuerpo.
Al lado del joven estaba su teléfono que se había caído. Toda la sala tenía bocetos sucios y desordenados, mientras que en el suelo había manchas de tinta y múltiples bolígrafos esparcidos por todas partes. Mientras una ráfaga de viento soplaba en la habitación, el sonido de los papeles de los borradores resonaba por la habitación vacía...
El estudio estaba oscuro cuando Ning Xi y Lu Tingxiao llegaron. Era como si no hubiera nadie.
—¿Está Ze aquí? —preguntó Ning Xi con dudas.