Lu Tingxiao abrió la puerta.
—Iré a buscarlo. No bajes. Hay mucha gente y coches por aquí.
—De acuerdo. —La mirada de Ning Xi no dejó en absoluto a Tesorito mientras asentía con la cabeza a medias.
Lu Tingxiao bajó y caminó hacia su hijo. Tesorito, que estaba esperando en la entrada, comenzó a caminar hacia su padre cuando lo vio. Lu Tingxiao acarició tiernamente la cabeza de su hijo.
—¿Por qué llegas tan tarde hoy?
Tesorito miró la caja que tenía en sus manos.
—Había una clase de cocina. Hice un pastel para mamá.
Lu Tingxiao miró el pastel, luego lo tomó y caminó hacia el coche mientras sostenía la mano de su hijo. Los dos pasaron por un puesto de venta de juguetes de bambú. Había mariposas, hormigas y otros personajes hechos de tiras de bambú. El dueño del puesto hizo una oferta cuando vio al lindo niño mirando sus cosas.
—¡Hola! ¿Te gustan? ¡Haz que tu papá te compre uno!