Lu Chongshan sabía que estaba equivocado. Dijo en un tono más bajo:
—Hermano Guan, es inapropiado que la familia Lu lo maneje de esta manera, pero no tiene nada que ver con Tingxiao. Es mi culpa como padre. Soportaré todas las consecuencias y estoy dispuesto a compensar... —Lu Chongshan fue interrumpido repentinamente por su hijo detrás de él.
—Déjame hablar con el Presidente Guan —dijo Lu Tingxiao.
Lu Chongshan dudó, pero aun así le pasó el teléfono a su hijo. Lu Tingxiao tomó el teléfono y se dirigió con frialdad:
—Presidente Guan.
Guan Rui se rio cuando escuchó la voz de Lu Tingxiao y ese título distante.
—Tingxiao, qué hijo tan obediente. ¿Ya ni siquiera me llamas "tío"?
La expresión de Lu Tingxiao no cambió incluso cuando Guan Rui lo ridiculizaba.
—Nos vemos en el cuarto de huéspedes en el último piso del Hospital Imperial. Le daré una explicación adecuada, Presidente Guan.
Guan Rui se mofó: