—Mi madre me enseñó a usar medidas pacíficas antes de usar la fuerza y te he dado una oportunidad. —El panecillo se inclinó y tomó al conejito que se había caído. Limpió cuidadosamente el polvo con un pañuelo antes de volver a meterlo en el bolsillo de su pecho.
La mitad del conejito estaba metido en su bolsillo, mientras que la otra mitad de su cabeza colgaba afuera como si estuviera sacando la cabeza y apoyándose en el bolsillo. Fue especialmente lindo.
—¡Oh Dios! —Las señoras que acababan de llegar corriendo y vieron por casualidad a Chi Shuai siendo pateado quedaron atónitas al instante y sólo reaccionaron momentos después. Corrieron rápidamente, siendo la anciana señora Chi la más rápida.
—¡Shuai Shuai! ¡Shuai Shuai! ¿Te encuentras bien? ¡Oh, Dios mío! Esto no es bueno…—La anciana señora Chi estaba tan asustada que su alma la abandonó.
—No golpeé sus partes vitales. Está bien —respondió Tesorito con una expresión fría.
