Sin embargo, el hombre se enfureció instantáneamente. Cerró los puños y le gritó a ZhuangRongguang mientras todos los que lo veían se apresuraban a derribar también al adolescente...
—¡Rongguang! —ZhuangKeer se aferró a su ropa destrozada y emitió un chillido estridente.
En el siguiente segundo, ZhuangKeer fue abofeteada y el hombre tatuado se volvió aún más rudo al tirar de su cabello, arrastrándola a un rincón.
—¡Puta! ¿¡Por qué gritas!? ¡Ven aquí! ¡Te haré gritar más tarde!
—¡Hermana! ¡Hermana! Suéltala…¡¡¡Ah!!! —ZhuangRongguang fue rodeado por los pocos hombres y golpeado. Poco a poco, no pudo hablar más. Solo podía fijar su mirada en donde ZhuangKeer estaba siendo arrastradacon los ojos llenos de lágrimas.