—Dos hamburguesas y dos tés con leche, por favor.
Invitar a su salvadora una comida en KFC... ¡Hermano, eres muy creativo!
Después de pagar, Han Xiao llevó dos hamburguesas... Y dos tazas de té con leche.
Han Xiao sonrió al ver la extraña expresión de Ning Xi. —No comas tanto por la noche o engordarás.
Ning Xi no se molestó en responder.
Antes estaba oscuro, pero ahora Ning Xi podía ver claramente la cara de Han Xiao. Tenía el pelo largo y oscuro que le caía a la cintura, con los zarcillos cayendo desordenadamente como intersectando los arroyos de las cascadas. Sus ojos marrones estaban llenos de un misterioso aura espiritual y eran tan claros como el cristal. Se asomaron por debajo de sus largas pestañas, haciéndolo lucir muy bonito.
El corazón de Ning Xi quedó atrapado en su pecho por un momento. Ella juró que nunca había conocido a un hombre... ¡Tan bello!