El paisaje en su mente volvió a cambiar. Era una tarde soleada y hubo un fuerte chirrido de frenos. Sintió un dolor agudo en el estómago...
Niño… Su hijo...
Sangre... En los ojos... En todas partes...
¡Niño! ¡Mi niño!
¡Él está muerto! ¡Tu hijo está muerto! ¡Nació muerto! ¿Qué podrías hacer aunque no esté muerto? ¿Vas a cuidar de un hijo ilegítimo?
No… Ella no lo creyó… Su corazón aún estaba latiendo en su vientre hace un momento...
¡No un hijo ilegítimo! ¡Su hijo no era un hijo ilegítimo!
Ella había estado esperando con ansias el nacimiento de su hijo, ¡era su hijo! ¡Su precioso hijo!
¡Devuélveme a mi bebé! Devuélveme...
La voz triste de la mujer resonó en su cabeza. En lo más profundo de su corazón, ella sabía que era su propia voz...
Finalmente, al momento siguiente… Ella vio a ese niño, finalmente vio a su bebé...