La tormenta había pasado...
Mientras Lu Tingxiao besaba a la chica, su corazón nervioso y flotante regresó a él.
Ning Xi inclinó la cabeza y le miró impresionada. —Lu Tingxiao, nunca supe que podías actuar tan bien. ¡Casi pierdo mi trabajo por tu culpa!
—Tengo que dar las gracias a un gran maestro —respondió Lu Tingxiao.
—¡¿Incluso tienes un profesor?! ¿Quién es? ¿Cómo es que no lo sé? —preguntó Ning Xi con curiosidad.
—Tú.
—¿Yo?
—Leí todos los libros y notas que dejaste conmigo —dijo Lu Tingxiao.
Ning Xi se quedó sin palabras en ese momento.
Desde aprender técnicas de actuación hasta preparar la máscara que se ponía todos los días, había muchas cosas que hacer. Llevaría al menos unos meses hacer todo eso...
Lu Tingxiao probablemente había empezado a trabajar en ello desde el momento en que regresó de Filadelfia.