—Pero no sé cómo…—Zhuang Keer dudó.
—Está bien, ¡sólo inténtalo! —Ning Xi puso algunas monedas en la máquina y enseñó a Zhuang Keer a jugar el juego.
—Mmm, está bien, Xiao Xi, ¿cuál te gusta? ¡Te ayudaré a agarrarlo! —Zhuang Keer estaba ansiosa por intentarlo. Lamentablemente, la suerte de Zhuang Keer no fue tan buena. Ella había puesto diez monedas y aun así no atrapó nada en absoluto. Parecía como si estuviera al borde de las lágrimas.
—Jajaja, chica linda, no es así. Hay una habilidad para agarrar. Estás aquí puramente para malgastar tu dinero ahora mismo —señaló con orgullo el hombre al lado, que había puesto monedas tres veces y se las arregló para agarrar un juguete de peluche.
Cuando vio que Ning Xi y Zhuang Keer eran dos bellezas raras, sus ojos se salieron de sus órbitas e incluso se atrevió a coquetear con su novia a su lado. —Así que, ¿señoritas? ¿Necesitan mi ayuda?