Ella acababa de sentirse decepcionada y metida en la melancolía de no haber visto a este hombre hoy, cuando inesperadamente apareció de tal manera ante ella. El éxtasis que sentía estaba a punto de hacer explotar su corazón.
Así como así, su corazón latía cada vez más rápido mientras lo veía caminar hacia ella. Luego, le entregó el ramo de 99 rosas blancas.
Yang Shirou lo observó, aturdida, antes de finalmente calmarse y revelar una expresión sorprendida pero confusa y dudosa.
—Señor, gracias por sus flores los últimos días, pero todavía no sé quién es usted...
—Encantado de conocerte, mi apellido es Lu. Lamento mucho haber actuado de manera tan aleatoria pero después de luchar contra un dilema durante mucho tiempo, todavía no podía controlarme de ser impulsivo... Quién soy, no es importante. Realmente me gusta la forma en que tocas el piano, así que tal vez puedas tratarme como tu... Em, tu fan. Me pregunto si tendría el honor de acompañarme a cenar.
