Los labios de Ning Xueluo se doblaron hacia abajo. —¡Algo debe haber pasado cuando fue a encontrarse con Ning Xi!
—Tal vez Ning Xi lo sedujo y lo obligó a hacer eso...
Ning Xueluo contestó con impaciencia: —¿Comprendes el impacto de este asunto? ¡Hu Hongda ha perdido todo su orgullo y dignidad al ser el anfitrión de esta conferencia de prensa! No importa lo poderosa que sea Ning Xi, ¡ella nunca podría haber hecho que Hu Hongda hiciera esto!
—Entonces, ¿por qué lo hizo? —Fang Ya estaba perdida como un corderito.
—¿Podría Ming Fangfang haberse dado cuenta de la verdad y forzarlo a hacerlo? —Ning Xueluo pensó en la posibilidad de ello. Aunque la lógica de tal situación era débil, Ning Xueluo no podía pensar en otra cosa.
—Entonces... Entonces, ¿qué debo hacer? ¡Xueluo, no puedes dejarme sola! ¡Estoy realmente perdida!