Ning Xi murmuró en voz baja: —Tú me hiciste algo parecido hace un momento. Entonces, ¿estamos a mano ahora?
Lu Tingxiao lo pensó un poco y luego asintió con la cabeza: —Bien, estamos a mano.
Ning Xi dio un suspiro de alivio.
Sin embargo, algo aún se sentía extraño. Eso no estaba bien…¿Cómo era eso estar a mano? ¡Ella era la que estaba en desventaja!
¡Lo que sea! Ella fue la que se dio la vuelta. Si no hubiera sido por eso, lo que Lu Tingxiao hizo después no habría ocurrido...
—Bueno... Jefe, ¿puede levantarse? ¡Necesito ir a hacer el desayuno! —preguntó débilmente Ning Xi, intentando escapar.
Lu Tingxiao no actuó de inmediato. En vez de eso, la miró a los ojos, mirándola intensamente.
Ning Xi no tenía ni idea de cómo lucía en ese momento.