Lu Jingli se sorprendió y miró nerviosamente a Ning Xi por el espejo retrovisor. —Xiao Xi Xi, eres aún más desenfrenada que yo... No abandonarías tus principios e irías a la cita a ciegas, ¿verdad?
La boca de Ning Xi se movió. —¡¿Qué desenfrenada?! No importa cuán… Mira, era el arreglo de mi abuelo, ¿de acuerdo? Me doy cuenta de que su estado de salud está empeorando y que todo su cabello se ha vuelto blanco...
Lu Jingli pensó que estaban acabados, ¡su hermano estaba en serios problemas!
—Xiao Xi Xi, hay muchas maneras de expresar tu fidelidad. No te apresures, no irás a la cita a ciegas, ¿verdad? —Lu Jingli siguió preguntando.
Luego miró a su hermano y pensó que habría alguna forma de reacción, pero su hermano se quedó sentado en silencio y no hizo nada.
Lu Jingli estaba aún más aterrorizado ante tal reacción...
Lu Tingxiao estaba demasiado callado, lo que no era una buena señal. Era más como el silencio muerto después de una lucha vigorosa.