En realidad, antes de llegar, se había sentido nerviosa y reacia cuando pensó en conocer a la familia Ning.
El trauma de su pasado era demasiado doloroso para ser olvidado fácilmente y aun así la perseguía en forma de pesadillas.
Pero estando allí presente, enfrentándose a las extrañas miradas de esas personas y a la burla de sus propios padres, junto con el habitual acto hipócrita de Ning Xueluo, no estaba tan ansiosa como esperaba. No había ni la más mínima sensación de ira o enojo...
El tiempo podía cambiar a una persona.
Antes de que se diera cuenta, todas las cosas que le importaban tanto antes no importaban tanto ahora.
—Mmm, no sólo eres más guapa, sino que has ganado mucha más confianza. Puedo verlo, especialmente en tus ojos. ¿Cómo lo digo? Hay una fuerza desconocida de ellos, como el renacimiento de un ave fénix, resucitando de las cenizas…—Ning Tianxin le dijo con entusiasmo, aunque sintió un poco de dolor en el corazón.