—Uhh… Jefe…¿Quiere seguir adelante? —preguntó cuidadosamente Cheng Feng.
La mirada furiosa que se volvió contra él era una clara indicación de que era mejor que no lo hiciera.
Los ojos fríos y helados de Lu Tingxiao le dispararon dagas.
Cheng Feng inmediatamente se calló y dejó de hacer preguntas estúpidas, sólo siguió conduciendo...
—Shangze, más tarde cuando venga mi amigo que me va a recoger, no me llames "Jefa", ¡sólo llámame por mi nombre! —Ning Xi se lo recordó a Gong Shangze.
Ella estaba frente al Gran Jefe después de todo, y ser llamada "Jefa" por alguien más sería un poco desvergonzado.
—¡De acuerdo, entendido! —contestó obedientemente Gong Shangze.
Como Ning Xi estaba ocupada buscando su teléfono en su bolso, no se dio cuenta de que un coche negro se había parado silenciosamente a su lado.