Los hombres de Lu Tingxiao tenían la desesperación garabateada por todas partes de sus rostros. Para decirlo bien, se la podría llamar actriz profesional, pero en realidad, era sólo una novata. ¿Cómo sabría lo de las armas de fuego? ¡Qué gran broma!
—¡Maldita bruja! ¡Estás tratando de matarnos! Vete a dormir con esos directores y productores si buscas atención! ¿Qué haces aquí, diciendo tonterías? ¿Crees que estás filmando una escena aquí? —se enfureció uno de los hombres que trajo Shi Xiao. Casi quería matar a Ning Xi en ese mismo instante.
Pero Ning Xi actuó como si no hubiese oído nada. En vez de eso, jugó con la pistola y dijo: —¿Esto es todo lo que tienes? La mayoría de los agentes americanos del FBI están usando esto de todos modos.
Ning Xi luego lanzó la Glock 17 austriaca a un lado.
Realmente no sabían nada de pistolas. Shi Xiao y Xiong Zhi serían los expertos si hubiera armas con más poder de penetración.